lunes, 28 de marzo de 2016

RESURRECCIÓN DEL SEÑOR

Jesús ha Resucitado.

Se abre una nueva etapa en la vida, y los cristianos podemos sentirnos alegres. Jesús es el sentido de nuestras vidas, es el punto de arranque de toda iniciativa. Nosotros queremos seguir sus pasos, vivir unidos, sentir en nuestras vidas, el amor y el cariño de cristo Resucitado. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo nuestro Señor. A m é n

ORACIÓN

Cristo resucitado, enséñanos tus llagas, que curen nuestras dudas y enciendan nuestras almas. Pedro y Juan, que corristeis con todas vuestras ansias, ¿qué visteis en la tumba, que estaba tan sellada? Vimos vacío inmenso, las losas ya quebradas, la muerte convertida en la dama del alba. Despojos encontrados, el sudario y la sábana fueron reliquias, signos de victorias anunciadas. Lo vimos en el lago, peces en abundancia, un pan de eucaristía, gran amor en el alma. "¿Me quieres más?". "Te quiero con todas mis entrañas. En eso del querer él es quien siempre gana. Dinos, tú, Magdalena, ¿qué pasó en la mañana, cómo le conociste, hortelano del alma? El pronunció mi nombre, quitó mis cataratas, todo resplandecía, hecho de amor un ascua. Viajeros de Emaús, ¿cómo era su palabra?, ¿cómo partía el pan, que era señal y marca? Era palabra viva, él se hacía palabra, y él mismo se partía en vivas rebanadas. Di, Tomás, ¿qué sentiste al penetrar sus llagas . y palpar con tus dedos la luz de sus entrañas? Mis dedos se quemaron en unas dulces brasas; mis dudas se abrasaron en hogueras de gracia. Cristo resucitado, enséñanos tus llagas, que curen nuestras dudas y enciendan nuestras almas. Testigos de presencia, testigos de esperanza, ¿cómo le conocemos en nuestra vida diaria? - Mirar con ojos limpios, amor en la mirada, deseos de encontrarlo en figura encarnada. Abrir el corazón al que a tu puerta llama, y escucharás tu nombre, signo, presencia y gracia

REFLEXIÓN

Hemos sido convocados por Dios para vivir: para conocer y amar, para gozar y sentir, para ser libres y trabajar y luchar, para ayudarnos, colaborar, compartir y convivir. Pero en el mundo ha sucedido algo tremendo: porque nos da miedo la vida, el amor y la libertad, algo terrible, para que no exista alegría, el opinar sea un delito, y el ayudarse y colaborar, algo desconocido. Tenemos el nombre de vivos, pero sólo el nombre, porque no vivimos. O mejor dicho, vivimos como muertos, sin atrevernos a salir de la tumba, del encierro en que hemos caído. Apenas podemos dar señales de vida. Hemos renunciado a nuestra condición de seres vivos, es decir, de protagonistas y artífices de nuestras vidas, y nos conformamos con ser comparsa, masa, muchedumbre, rebaño. Pero hoy, Jesús nos vuelve a anunciar y a traer la Buena Noticia: Ha Resucitado. Resurrección que es vuelta a la vida, no vuelta a las andadas, a la tristeza, al pasado de esclavitud y egoísmo. Resucitar es, volver a vivir. Volver a recuperar la alegría de la vida. No volver a nuestra tumba, a nuestro silencio, a nuestro pasado triste. Resucitar es, volver a hacernos cargo de nuestras vidas, hacernos dueños y señores de nuestra existencia. Recuperar el derecho de construir entre todos un mundo, donde se respete la vida y la alegría, un mundo donde la vida sea una Fiesta, a pesar de todos los pesares. Creer en la Resurrección, no es simplemente tenerla por cierta. Es resucitar. Si Cristo Resucitó, también nosotros resucitaremos. Por eso hoy vamos a celebrar la alegría de la Fiesta de Pascua. Vamos a vivir la Resurrección de Jesús. Y vamos a contagiar la Fiesta y la alegría a todos los que nos rodean.

 Porque Jesús ha Resucitado, Felices Pascuas a todos.

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